miércoles, 3 de febrero de 2021 | Ya te la sabes
¿También te habías preguntado por qué la estación del Metro Candelaria tiene un pato en un lago si saliendo de la estación no hay nada de eso?
O igual y tampoco te hace sentido que el pato en el lago no tenga relación con el día de la Candelaria, la famosa fiesta de la virgen en la que cada 2 de febrero las familias mexicanas visten al Niño Dios con las mejores galas.
En este blog, todas tus preguntas serán resueltas una por una porque te contaremos la historia del barrio Candelaria de los Patos.
Antes de todo lo que ves ahora, la zona estaba rodeada de agua. De hecho, en náhuatl se llamó Macuitlapilco, que significa "sobre las chinampas". Sólo que era un lugar insalubre, por lo que tenía muy pocos habitantes y quedó ignorado por el resto de la ciudad y por Dios, excepto por los patos.
Cada otoño llegaban bandadas de patos silvestres al lugar. Así que durante mucho tiempo su economía se sostuvo por la caza, venta y preparación de pato. De esta forma, el lugar también fue conocido gracias a las mujeres que todos los días entraban a la ciudad a vender patos adobados con chile.
Spoiler: ya no se vende pato en el lugar. Pero no estés triste, en otro blog te contaremos sobre los lugares en los que puedes comer ese delicioso manjar en la CDMX o el Estado de México.
Y luego, ¿por qué La Candelaria o qué?
Pues como en toda la historia de nuestro país, los colonizadores tomaron ventaja de los lugares que, según ellos, no habían sido tocados por Dios. Así que para inicios del siglo XVII, luego de una epidemia que casi termina con la diminuta población de Macuitlapilco, edificaron una capilla dedicada a la Virgen de la Candelaria. En poco tiempo, el barrio evolucionó su nombre a Candelaria de los Patos.
¿Y los tamales?
Aunque la fiesta de la Candelaria debería ser un ritual dedicado a la virgen, la tradición católica dicta que también es la presentación del Niño Jesús.
En México es una tradición mestiza, que mezcla costumbres eclesiásticas con las prehispánicas. Y como cualquier pretexto es bueno para comer, celebramos consumiendo maíz en dos de nuestras presentaciones favoritas: atole y tamales. Nuestro desayuno de campeones.
Ojo: sería una buena oportunidad, pero actualmente la economía del lugar tampoco se sostiene de la venta de atole y tamales. Pero sí puedes encontrarte tempranito con triciclos de tamales como los de Doña Silvia en calle Corregidora.
En la medida en la que la población crecía, el lago fue secándose. Así que los patos dejaron de frecuentar el barrio.
Pero la huida de estos bellos animales no desalentó a los lugareños y siguieron llamándole Candelaria de los Patos por mucho tiempo más. Lo único malo es que ganaron fama por la inseguridad de la zona.
En la actualidad, Candelaria de los Patos es un barrio que nomás vive en nuestra memoria. En el 66 se demolieron las vecindades de la zona con la idea de erradicar la delincuencia. En su lugar, nació la Unidad Habitacional Candelaria de los Patos, que está rodeada de bases de transporte público que llegan de diferentes partes para transportar a mucha gente que va para la Merced a abastecerse, a las notarías de la zona o al Palacio Legislativo de San Lázaro.
También sigue en pie la Capilla de la Purificación de Nuestra Señora de la Candelaria y un centro cultural. Si alguna vez quieres visitar este emblemático lugar, Rumbo App puede ser una excelente compañía. Conoce cómo llegar usando la función “Mi Ruta” y checa todas las opciones que tienes para llegar en transporte público. 😉