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¿Ya fuiste a Ciudad Neza?: Acá te contamos de este barrio con poesía propia

viernes, 4 de febrero de 2022 | Ya te la sabes

Si algo caracteriza a chilangos, chilangas y mexiquenses es el arraigo que tenemos con nuestros barrios. Por ejemplo, el decir: “Yo vengo de Neza”, deja en la garganta el mero sabor de orgullo. El puro gusto de pertenecer a una comunidad que, con todo y sus contrastes, se construyó y construye por su misma gente. Neza vive en nuestro cora y, por eso, en Rumbo le rendimos homenaje con esta entrada.

Neza York, como le llaman coloquialmente a este municipio del oriente del Estado de México, es uno de esos barrios que no se pueden conocer de pura palabra. Hay que entrarle, visitarlo, así, en caliente y sin miedo, hablar con al menos una de las 1.2 millones de personas que lo habitan. Sólo así se puede comprender y apreciar la poesía de una región tan compleja.

Ciudad Nezahualcóyotl, la métrica del contraste

Quienes saben de poesía, saben que una composición de este tipo construye su propio universo. Un poema no sólo se apropia del lenguaje y lo mueve a su modo, también lo descompone, compone, juega con él, le otorga una mirada propia para ver el mundo y, aunque no cualquiera lo entiende, quienes llegan a su centro se dan cuenta cómo, entre tanto juego y contraste, todo cobra sentido. Más o menos así es la historia de este barrio.

Desde sus comienzos, este territorio de 63.74 kilómetros cuadrados se caracterizó por dejarse llevar por el curso del lago y la gente. Por un lado, se erige sobre lo que alguna vez fue el lago de Texcoco; por otro, abrió pasó para habitantes de distintos estados de la república. Estas personas llegaron a la región a inicios de la década de 1940. Al mismo ritmo que la desecación del lago, Ciudad Neza recibió un mar de gente, población en búsqueda de la oportunidad de tocar el sueño mexicano: la Ciudad de México.

Con la llegada de gente tan diversa, fue como comenzó el entramado de este poema. Sin una planeación urbana y sobre tierra pantanosa bajo cielos lluviosos. En esta historia, la principal motivación de quienes llegaban a Neza era la de hacerse de un terrenito por la módica cantidad de cinco pesitos por metro cuadrado (claro, de los de antes). Pero a qué costo, pues el barrio resultó tan improvisado, que en un inicio carecía de los servicios básicos.

A pesar de sus carencias, el precio por metro cuadrado era una buena oferta para estar cerca de la capital. No obstante, como toda poesía bien contada, captó las miradas y todos vieron su potencial. Incluso, el Instituto Nacional para el Federalismo y el Desarrollo Municipal (INAFED) narra que la población de dicho territorio creció de dos mil a 40 mil habitantes entre 1949 y 1954.

Fue en ese momento cuando comenzaron a escribirse los primeros versos de la época actual, las colonias Juárez Pantitlán, México, el Sol y el barrio de Juárez Pantitlán o San Juan. De la mano del bordo de Xochiaca, estas fueron las primeras líneas que trazaron los contornos de Neza.

Ante este poema que se escribía rápidamente, sin pausa y sin rumbo, en 1949, el presidente Miguel Alemán decidió que el gobierno del Estado de México definiría el rumbo y la métrica de este barrio que tenía chile, mole, pozole (y mucho más) en su sangre.

Y así, sin miedo al éxito, el territorio incrementó su valor, siguió creciendo, y se convirtió oficialmente en uno de los 125 municipios del Edo. Méx. para el 3 de abril de 1963. Desde entonces (y décadas atrás), el barrio se caracterizó por construirse a sí mismo. Su gente, sus poblados y sus familias fueron quienes definieron el paso y usaron sus propias manos para construir las banquetas, el pavimento, las casas, y hasta el cableado. ¿Cómo no enorgullecerse de la tierra escrita por uno(a) mismo(a)?

Los paisajes de Neza

Pero la historia no se detiene ahí. Desde su fundación, este municipio se ha distinguido por crecer y cambiar a su propio ritmo. Además, dentro de él hay rasgos que le hacen una región única del Estado de México. Aquí te compartimos algunos de sus sellos característicos.

Por un lado, quienes pasan por las Avenidas Adolfo López Mateos y Pantitlán, dentro de Neza, pueden ver todos los días el emblemático monumento del “Coyote en Ayuno”, una obra hecha de hierro realizada por el escultor Enrique Carbajal “Sebastian”. Dicha estatua fue construida en 2009 y fue erigida sobre la glorieta por la que entrecruzan las avenidas previamente descritas.

Y eso no es todo, las peculiaridades viven hasta en la forma en que se mueve la gente. Entre calles y avenidas es común no sólo toparse con las combis anaranjadas que tienen a un costado la imagen del antiguo rey de Texcoco a quien el municipio debe su nombre, Nezahualcóyotl. También hay una gran variedad de mototaxis, los cuales, con sus propios caminos y reglas, conectan a millones de personas con destinos cercanos, estaciones de metro, y, particularmente, con el sueño mexicano: la CDMX.

Como podrás notar, sus calles, su gente, su arte, sus caminos y sus transportes han dejado una historia que hace honor a su nombre. En tiempos prehispánicos, Nezahualcóyotl fue conocido como el rey poeta y guerrero que aprendió a ser líder desde los 28 años. Ahora, es el nombre de un municipio donde las familias construyen sus dominios, definen sus rutas y crean su futuro.

En Rumbo podríamos escribir todo un pliego con el poema que escriben los habitantes de Neza, quienes construyen sus oportunidades cada día sin esperar a que caigan del cielo. No obstante, preferimos invitarte a que conozcas este y el resto de los municipios del Estado de México que colindan con la capital. Si no sabes cómo llegar, recuerda que en Rumbo tenemos todo el transporte público que te lleva pa’ allá. Descarga la app y descubre cómo llegar a Neza, en caliente, sin miedo y directo a la aventura.

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