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Rifarse como checadora en el transporte público de la CDMX

lunes, 27 de septiembre de 2021 | Mi rumbo

Rifarse como checadora en el transporte público de la CDMX

Las mujeres van ganando terreno en las actividades de nuestra bonita CDMX, y el caso del transporte público no es la excepción. No sólo va en aumento el número de operadoras de buses y microbuses, sino también el número de checadoras con la misión de coordinar y marcar el paso de los vehículos en cada ruta. Algunas de ellas nos han contado su experiencia y aquí en Rumbo te pasamos el chismecito.

Para quienes no se la sabían, ser checadora o checador en las rutas de transporte público es una de las labores más importantes para que las micros, los buses y las combis junten su pasaje. Quienes desempeñan este oficio deben monitorear quién sale y quién llega, con cuántos pasajeros, a qué hora y en qué tiempo. Sin su trabajo, el caos reinaría en cada paradero, desde Zapata hasta Pantitlán, de Indios Verdes a Martín Carrera.

“Para ser checadora, hay que tener carácter y ser paciente”

Trabajar en el transporte público es para las y los valientes. Hay que ser movida, tener carácter para mandar, trabajar en equipo, ser responsable y estar al pendiente de las necesidades del usuario. Esas son las cualidades que Érika, checadora de Pantitlán, ve en su trabajo. Ella llegó hace ocho años a la ruta donde labora y no sólo se ha ganado su espacio, también el respeto de todos sus compañeros.

“Aquí nada es por favor”, cotorrea mientras cuenta el número de pasajeros que van para Chalco en una combi. Desde su experiencia, ha sido difícil trabajar en lo que ella describe como un “ambiente pesado”, pues antes era considerado un trabajo sólo para hombres. Érika platica que aprendió a hacerse escuchar, ahora ella es quien indica cuando sus compañeros deben salir. “Aquí encontré amistad y trabajo”, reflexiona ante tantos años en la ruta, y los que le faltan, pues su trabajo le encanta.

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Cuidar a usuarias y usuarios, su motor del día

Tanto para Érika como otras checadoras de Pantitlán y otros paraderos, coordinar las rutas de transporte no sólo es proteger la chamba de sus compañeros. También conocen al pasaje y le echan la mano cuando más lo necesitan. Son solidarias y entienden que moverse por esta ciudad y el Estado de México puede resultar desgastante, tanto como su jornada diaria.

“Muchas pasajeras me conocen, si vienen tarde y están por perder el camión, les hago el paro y las espero unos minutos más”, nos cuenta Érika, quien está al tanto de lo difícil que es trasladarse para las mujeres que van al Estado de México. “Hay que cuidarnos entre todas y todos”, agregó. Para ella, ser checadora es más que un trabajo, es ayudar a que todas las personas que se mueven en transporte lleguen con bien a sus casas.

Como Érika, muchas checadoras se rifan entre los andenes de los paraderos de esta ciudad para que a cada minuto haya combis y micros saliendo a sus respectivos rumbos. Ellas han abierto el camino para más mujeres en busca de una oportunidad en el transporte público, y han demostrado que el carácter, la actitud y las ganas de chambear no son cuestiones de género.

En Rumbo no sólo nos preocupamos porque llegues a tu destino, también nos gusta contar las historias de quienes día a día hacen funcionar las rutas de la zona metropolitana. Te invitamos a descargar la app de Rumbo y seguir de cerca nuestro blog para conocer más sobre este infinito llamado transporte público.

*Los nombres en esta historia fueron modificados para proteger la identidad de quienes nos comparten su testimonio.

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