lunes, 17 de mayo de 2021 | Ya te la sabes
En los últimos años, ya nos es difícil diferenciar entre el “dulcero maleante” del comerciante que ofrece sus productos honradamente. ¡Y es que el miedo no anda en burro! En Rumbo queremos sacudir un poco los prejuicios y contarte lo valiosa que es la labor del mercadólogo del transporte público.
Más allá de la informalidad
La informalidad es consecuencia de un sistema económico excluyente. Vender productos de moda y novedad es un medio para subsistir ante el desempleo y una forma digna e incluso ingeniosa de autogenerar para satisfacer necesidades personales o de una familia entera.
Quizá a tu capitalista interior le indigna que sus ganancias puedan superar el salario mínimo, pero debes de considerar que sus jornadas son matadas, que a veces tienen que pagar otro tipo de “impuestos” para seguir vendiendo y que sus ingresos dependen de las dificultades de la propia informalidad porque no tienen nada seguro (por ejemplo, durante la pandemia se las vieron duras).
Como quiera, no puedes negar que la dinámica de intercambio es novedosa. Nadie te ofrece productos hasta la comodidad de tu asiento del metro, combi o camión. Un producto de calidad puede añadirle valor a un simple viaje en transporte público cuando al llegar a tu destino conseguiste los plumones, el cortauñas, los audífonos, la memoria o la palanqueta que necesitabas para calmar la tripa.
Venden de todo y lo que no, lo inventan
Nadie sabe anunciar las marcas mejor esta gente experta en mercadotecnia. Conocen santo y seña de los productos de la Coronado, la Ricolino o todas las presentaciones del chocolate Nikolo. Se comprometen con la calidad al ofrecer productos sellados y no caducados. Y por si fuera poco, saben exhibir y demostrar la utilidad de sus productos como las mil posiciones en la que lo puedes aprovechar tu porta celular o ver lo fácil que es maniobrar la boligoma moldeable que no se pega y no mancha.
Además se preocupan por tu bienestar al poner a tu alcance la pomada de Marihuanol para golpes, torceduras o inflamaciones y las pastillas de la Broncolín con propóleo y miel de abeja para la temporada de resfriados. Seguro que alguna vez te sacarán del apuro, ya sean con los manos libres y cargadores con entrada universal, el cortauñas policromado o ¡el reglamento de tránsito actualizado!
Y a veces hasta da la impresión que surgen como generación espontánea y salen de la nada cuando más se necesitan como cuando se tarda el metro en pasar y uno no sabe ni con qué entretenerse o si el hambre empieza a arreciar. En lo que ellos te hacen el paro, nosotros también te echamos la mano avisándote si algo no marcha del todo bien en tus viajes en transporte público. Recuerda descargar Rumbo y dar de alta tus viajes más frecuentes para empezar a recibir alertas en tiempo real.