miércoles, 7 de abril de 2021 | Mi rumbo ,Ya te la sabes
Durante la cuaresma, y en toda la Semana Santa, es común que veamos puestos de mariscos. Es inevitable que se nos antoje echarnos un coctel de camarón, unos pescaditos fritos, unas empanaditas con harto aguacate, un cevichito o unas tostaditas de pulpo.
Por eso, aquí te compartimos una lista de algunos de los lugares, a los que su barrio los respalda y recomienda. En ellos puedes comer mariscos siempre que se te antojen, ya sea por vigilia o pa’ la cruda.
Es el lugar por excelencia para comprar mariscos frescos, ya sea para preparar en casa o llevarlos ya preparados. Es el mercado de mariscos más grande de Latinoamérica, donde puedes encontrar una gran variedad de opciones para tu antojo. Está ubicado en Andamio 560, Área Federal Central de Abastos, Iztapalapa, 09040 Ciudad de México, CDMX.
Justo a un lado del metro Sevilla y entre dos puestos de gorditas, se encuentra un pequeño local. Hay quienes dicen que da la ilusión de ser un puesto pequeño, pero vaya sorpresa cuando entras. Sus especialidades son la paella, la parrilla de mariscos, el caldo de camarón y los “vuelve a la vida”.
Dicen que esta marisquería comenzó como un pequeño puesto callejero cerca del Mercado de San Juan, hace más de 40 años. Actualmente cuentan con dos sucursales, pero la original es la de Ayuntamiento 18 esquina con López, en la colonia Centro. Algunas de sus especialidades son: el caldo y el empapelado de mariscos y las tostadas de ceviche.
Este puesto banquetero se ganó el amor de su barrio y ha conquistado a los godinez y residentes durante más de 30 años. Su especialidad son los cocteles de camarón, las empanadas y las pescadillas. ¡No te lo puedes perder! Lo encuentras en Av. De Los Virreyes s/n esquina con Prado Norte, col. Lomas Virreyes.
En Rumbo nos encanta que conozcas nuevos lugares, por eso te acompañamos y te decimos cómo llegar en transporte público a cualquiera de estas opciones. Descarga la app y busca la sección “Mi Ruta”, donde podrás planear tu viaje por esos deliciosos mariscos. Porque con Rumbo, de que llegas, llegas.